Fe y Actitud

Cuando llegó a donde estaban los discípulos, vio una gran multitud alrededor de ellos, y escribas que disputaban con ellos. Y en seguida toda la gente, viéndole, se asombró, y corriendo a él, le saludaron. El les preguntó: ¿Qué disputáis con ellos? Y respondiendo uno de la multitud, dijo: Maestro, traje a ti mi hijo, que tiene un espíritu mudo, el cual, dondequiera que le toma, le sacude; y echa espumarajos, y cruje los dientes, y se va secando; y dije a tus discípulos que lo echasen fuera, y no pudieron. Y respondiendo él, les dijo!:Oh generación incrédula! ¿Hasta cuándo he de estar con vosotros? ¿Hasta cuándo os he de soportar? Traédmelo. Y se lo trajeron; y cuando el espíritu vio a Jesús, sacudió con violencia al muchacho, quien cayendo en tierra se revolcaba, echando espumarajos.

Jesús preguntó al padre: ¿Cuánto tiempo hace que le sucede esto? Y él dijo: Desde niño. Y muchas veces le echa en el fuego y en el agua, para matarle; pero si puedes hacer algo, ten misericordia de nosotros, y ayúdanos.
Jesús le dijo: Si puedes creer, al que cree todo le es posible. E inmediatamente el padre del muchacho clamó y dijo: Creo; ayuda mi incredulidad. Y cuando Jesús vio que la multitud se agolpaba, reprendió al espíritu inmundo, diciéndole: Espíritu mudo y sordo, yo te mando, sal de él, y no entres más en él. Entonces el espíritu, clamando y sacudiéndole con violencia, salió; y él quedó como muerto, de modo que muchos decían: Está muerto.
Pero Jesús, tomándole de la mano, le enderezó; y se levantó. Cuando él entró en casa, sus discípulos le preguntaron aparte: ¿Por qué nosotros no pudimos echarle fuera? Y les dijo: Este género con nada puede salir, sino con oración y ayuno.
(Marcos 9, 14-29)

…Y NO PUDIERON

En nuestra vida hay muchos momentos donde nos encontramos con situaciones que no podemos resolver, y lo peor que nos puede pasar al respecto es que otros estén esperando por nuestros resultados. La gente confía en ti, saben que puedes, que tienes el potencial, quizá hasta ya te han visto ganar y triunfar en algo, y esperan que ocurra otra vez, pero no pudiste y sientes que te miran con cierta decepción, aunque te den ánimos y te digan que no importa, tu sabes que lo que causaste fue decepción. Otros te criticarán y te harán reclamos porque esperaban mucho de ti y no diste lo que esperaban. ¿Qué hacer?

Es importante que nos demos cuenta que nunca dejamos de aprender, y la muestra de ello es que siempre fallamos. Entre nosotros, seres humanos falibles, nada es perfecto, pero todo es perfectible. Los discípulos no pudieron sacar al demonio de aquel cuerpo, y hasta ellos estaban sorprendidos de no haber podido, es decir, la fe la tenían. Otro hubiese dicho “es que yo no soy Jesús” pero ellos se sorprendieron no haber podido. ¿Por qué no pudieron? Por que no todos podemos todo. Si Jesús los envió a hacer eso, es porque en su condición humana el no podía estar en todos lados, y podía llegar a mas gente si había discípulos suyos con una fe alucinante. Pero había cosas que sólo él podía hacer y había cosas que sólo ellos podían hacer. Al final, el Maestro es el Maestro.

Debes aprender que lo que tu no puedas, debes dejarlo en las manos del Señor con la Fe suficiente para que suceda porque al que Cree, todo le es posible.

LA FE Y LA ACTITUD

Jesús pregunta ¿cuánto tiempo hace que le sucede esto? Hacer las cosas sin tener antecedentes aumenta las probabilidades de error. ¿Es acaso posible que Jesús falle? En otro pasaje se narra que Jesús “no podía sanar a muchos porque no creían en Él”, también era una cuestión de fe, pero ese no era el problema de sus discípulos, era el problema de la gente. Sin embargo Jesús sabía que había algo más y necesitaba indagar. Entonces ¿cuál era el problema? Pues que el espíritu no era cualquiera y necesitaba de un trato diferente.

Qué hacer y cómo hacerlo son un par de preguntas que siempre nos asaltan cuando se trata de enfrentar dificultades. Este espíritu era sordo y mudo. Otros espíritus cuando veían a Jesús, hablaban y daban grandes voces, este no lo hizo. Y también era sordo, entonces no sólo se trataba de Fe, se trataba también de actitud, actitud para deshacerse de un demonio que no te va a decir nada ni te va a escuchar.

Jesús tuvo la suficiente actitud para enfrentar un demonio que no podía escucharlo pero que si sabía quien era. Toda fe implica una actitud y quien mejor que nuestro Señor para enseñarnos.
¿Cuántas veces tenemos la fe para hacer las cosas pero carecemos de actitud? Si tu boca pronuncia que eres hijo de Dios debes tener la actitud de que es así. ¿Se imaginan a Cristo estresado o turbado al darse cuenta del tipo de demonio que enfrentaba? Pero cuando dice ¡Oh generación incrédula! También está demostrando una actitud de poder contra cualquier cosa porque tenía grabado en su corazón que Dios estaba con Él.

Una de las cosas que más daña nuestra fe es una actitud contraria a lo que creemos. ¿Cómo podemos decir “El Señor es mi pastor, nada me hace falta” y andar estresados y atribulados por buscar seguridad en el trabajo o el estudio? Tu actitud habla de tu Fe.

ORACION Y AYUNO

Hay tres cosas que Jesús resaltó como motivos de recompensa de nuestro Padre. Entrega, oración y ayuno. (Mateo 6, 1-18) Los discípulos le preguntan ¿por qué nosotros no pudimos? Entonces Jesús responde (parafraseando) porque hay cosas en esta vida que sólo se darán como recompensa de nuestro Padre, hay cosas solo se pueden alcanzar como recompensa de una vida disciplinada y entregada al Señor, hay cosas que sólo podrán hacer en la medida que busquen a Dios en todos sus caminos y serán galardonados haciendo lo que los demás no pueden, viendo lo que los demás no ven, llegando hasta donde los demás no llegan.
Vivamos confiados en nuestro Padre, que nos ha llenado de bendiciones, busquemos sus recompensas y mantengamos alineada nuestra fe con nuestra actitud.

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