A su Imagen y Semejanza

26 Entonces dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza; y señoree en los peces del mar, en las aves de los cielos, en las bestias, en toda la tierra, y en todo animal que se arrastra sobre la tierra. Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó. 28 Y los bendijo Dios, y les dijo: Fructificad y multiplicaos; llenad la tierra, y sojuzgadla, y señoread en los peces del mar, en las aves de los cielos, y en todas las bestias que se mueven sobre la tierra. Y dijo Dios: He aquí que os he dado toda planta que da semilla, que está sobre toda la tierra, y todo árbol en que hay fruto y que da semilla; os serán para comer. Y a toda bestia de la tierra, y a todas las aves de los cielos, y a todo lo que se arrastra sobre la tierra, en que hay vida, toda planta verde les será para comer. Y fue así. Y vio Dios todo lo que había hecho, y he aquí que era bueno en gran manera. Y fue la tarde y la mañana el día sexto. (Genesis 1, 26-31)

Creados a su Imagen

Imagina algo en lo que te puedas reflejar, un espejo, agua cristalina, o hasta una foto, en ello puedes verte, esa es tu imagen. ¿Pero qué sucede si es que ese espejo está empañado o sucio, el agua está turbia o la foto está distorsionada? Evidentemente en estos casos la imagen no deja de ser tú, el problema es que está mal reflejada. Nosotros fuimos hechos a IMAGEN de Dios, es decir, estamos llamados a reflejar lo que Él es. Dios es amor, decía Juan en su primera epístola, y podemos darnos cuenta de que ello es así haciendo un pequeño juego. Reemplacemos en la definición más hermosa y perfecta de amor, que aparece en las sagradas escrituras, la palabra “amor” por la palabra “Dios”.

1 Si hablo en lenguas humanas y angelicales, pero no tengo amor (a Dios), no soy más que un metal que resuena o un platillo que hace ruido.2 Si tengo el don de profecía y entiendo todos los misterios y poseo todo conocimiento, y si tengo una fe que logra trasladar montañas, pero me falta el amor (Dios), no soy nada.3 Si reparto entre los pobres todo lo que poseo, y si entrego mi cuerpo para que lo consuman las llamas, pero no tengo amor (a Dios), nada gano con eso. 4 El amor (Dios) es paciente, es bondadoso. El amor (Dios) no es envidioso ni jactancioso ni orgulloso.5 No se comporta con rudeza, no es egoísta, no se enoja fácilmente, no guarda rencor.6 El amor (Dios) no se deleita en la maldad sino que se regocija con la verdad.7 Todo lo disculpa, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta. (1 Corintios 13, 1-7)

La pregunta es ¿si Dios te hizo a su Imagen, eres acaso todo lo descrito? Muchas personas llegan a la conclusión de que por no ser mucho de lo descrito arriba, deben resignarse a vivir así, y lo más grave, pierden la confianza en su Padre del Cielo. Hoy queremos que aprendas que si no eres todo lo que ahí dice, es porque aún eres un espejo empañado, un agua algo turbia o una foto algo distorsionada. ¿no puede acaso un espejo ser limpiado y ser reluciente, ser un agua filtrada y ser cristalina o una foto modificada y ser optimizada? “pero si andamos en luz, como él está en luz, tenemos comunión unos con otros, y la sangre de Jesucristo su Hijo nos limpia de todo pecado.” (1 Juan 1:7) ¿Para qué crees que murió Jesucristo? El pecado empaña nuestra vida y no nos permite ser imagen de nuestro Señor, aunque en esencia lo somos. Por eso nuestro Dios, en el gran amor que nos tiene, nos dio la oportunidad de recuperar lo que es parte de nuestra esencia, sabemos que la paga del pecado es la muerte pero Jesús murió por nosotros para limpiarnos del pecado.

Estamos llamados a ser imagen de Dios en el mundo. Debemos tener pensamientos de bien como el los tiene, amar sin medida como Él ama, sentir cosas buenas, hablar cosas buenas, honorables y perfectas, obrar en amor, perdonar hasta el extremo, entregarlo todo, sólo entonces seremos su Imagen real, que la gente vea a Dios en nosotros, obrando en nosotros. ¿Cómo puede la gente creer en Dios si quienes dicen ser sus hijos no son su reflejo? ¿No duda a veces la gente en su malicia que alguien sea hijo legítimo de un padre de familia porque no se le parece? ¿No dicen a veces “cómo va a ser su hijo si él es moreno y el niño salió rubio”? Dios nos llama hijos, porque un hijo siempre es fiel reflejo de su Padre.

Creados a su Semejanza

Hay dos definiciones que me llamaron la atención respecto a la palabra semejanza o semejante. La primera es que comparte cualidades que sólo difieren en intensidad y la segunda, vinculada a la geometría, que son iguales excepto por el tamaño.

No es peculiar que entendamos en nuestro corazón que Dios es el “más” amoroso, es el más justo, es el más misericordioso, es el más paciente, el más compasivo… sabemos que nuestro Padre es todo eso y más en su máxima expresión, y que nosotros tenemos acceso a las mismas características pero con imperfecciones y limitaciones, pero al final, las mismas características.

12 De cierto, de cierto os digo: El que en mí cree, las obras que yo hago, él las hará también; y aun mayores hará, porque yo voy al Padre. (Juan 14, 12) Nos dice Jesús que si en Él creemos podremos hacer las cosas que Él hizo y mayores ¿mayores? ¿Hacer más que nuestro Señor Jesús? Pues si Él lo dijo, así será, debemos vivir confiados en su palabra, pero sabemos que aunque hagamos mayores cosas que él, el Señor siempre será el Señor. Si algún día somos profesionales o personas más prósperas que nuestros padres, eso no nos hace superiores a ellos, siempre serán nuestros padres. Pero el punto es ¿qué incluye la expresión “las obras que yo hago, él las hará también y mayores”? Evidentemente nos puede llamar la atención en primer lugar el ser instrumentos del poder de Dios para obrar milagros y llevar su palabra a todas las naciones, pero algo en especial nos llama la atención de Jesucristo: Su capacidad de liderazgo. La obra de Jesucristo en este mundo fue de venir a salvarnos pero requería una mentalidad de líder y un corazón de servicio para un obrar eficiente. Ese es el liderazgo que necesitamos y que por fe podemos llevarlo a niveles como nuestro Padre lo desea: A su semejanza.

Ya hemos estudiado antes que Jesucristo ha sido y es el mayor líder de la historia, y si hablamos de ser hechos a semejanza de Dios, nos damos cuenta luego de la secuencia del texto: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza; y señoree… quiere decir, se haga cargo, guíe, domine, sujete, lidere… Otra cosa que es importante aprender hoy es que si fuimos hechos a imagen de Dios, eso nos lleva a ser semejantes a él y nos da el propósito de liderar. Es decir, el Señor nos creó con identidad (a su imagen), facultades (a su semejanza) y un gran propósito: liderar para la gloria y honra de su nombre. ¿No fue acaso lo que hizo Jesucristo?

Todos estamos llamados al liderazgo, porque para eso nos hizo Dios nuestro Padre y porque nuestro mayor ejemplo fue Jesucristo.

1 comentario:

  1. Anónimo6.5.09

    hola hugo, pase por aqui..ha dejar algunos comentarios, en mi opinion, creo que aun soy un espejo empañado, me falta mucho por mejorar, para poder llegar a esa imagen que El desea que tengamos, sabemos que no es facil, pero en Cristo todo es posible, soy testimonio fiel de ello, es por eso que quiero aprender mas para poder llegar a esa imagen que pide nuestro señor.

    Eso lo voy a adquirir aprendiendo mas aqui en la comunidad de genezaret, bueno me despido. hasta pronto.

    FeRdInAn

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